martes, 10 de noviembre de 2009

Gafas.

¡Qué raros son ésos especímenes, que nada más levantarse, son capaces de percibir la realidad límpia y clara!
Me pregunto como sería, no tener que buscar a tientas mi segundo par de ojos, con la mano aún somnolienta y torpe. Como sería, no tener que hacer acopio de estoicismo frente al espejo, para conseguir colocarme las lentillas sin llorar a borbotones...

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