martes, 2 de diciembre de 2008

Lógica ferroviaria.

Hoy en uno de los interminables trayectos en mi metro/casa, tenía diversas opciones para no aburrirme:

a) Una sesión de voyeurismo (... una curiositat digna, no gens morbosa...)
b) Calcular la velocidad media del tren, conociendo la distancia recorrida entre un punto A y un punto B asi como el tiempo transcurrido (esto último fácilmente determinable si se dispone de reloj)
c)Realizar un estudio detallado de la morfología del vagón.
d)Efectuar una llamada telefónica(descartado por suponer un duro golpe para el saldo, generalmente bajo mínimos)

La opción c) me pareció la mas adecuada, pues no me exponía al riesgo de ser "seriamente apostrofada"y evitaba a mi cerebro un colapso científico.
Observé pues el motivo de los asientos (pequeños cuadrados), el número de barras por tramo, las rejas de ventilación...
pero algo llamó mi atención, vi un cartel en el que podía leerse:


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MARTILLO ROMPECRISTALES
Romper el cristal para acceder al martillo.
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Y así comprendí la aplastante lógica que rige nuestro mundo.

Sonia (parte 1)

Me llamo Sonia, tengo 36 años, 2 hijos, 1 hipoteca y 1 pila de platos en el fregadero. Ya no espero nada. Esos sueños adolescentes de fuegos artificiales y promesas de cambiar el mundo ya fueron. En un mar de cabezas, en la calle Colón, la mia no sobresale. Incluso llevo el tinte de rigor de los treinta y tantos que me camufla entre mechas caoba y reflejos morados.Las bolsas de la compra me amoratan los dedos.
Hoy comeré con mi madre, y reiremos azucaradamente como viejas amigas, y luego iré por los niños.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Pólvora

Con la imaginacion se pueden conseguir fuegos artificiales a partir de palmeras y naranjas con sabor a manzana. Pero no sirve para ver el futuro. De todas las posibilidades, infinitas, sólo nos quedamos con una.