domingo, 19 de diciembre de 2010
Guiris
jueves, 9 de diciembre de 2010
Reliquias de arcón virtual
¡Sin techos del mundo, uníos!
Sin techos, ciudadanos todos, os ruego prestéis atención a este comunicado:
Todos aquellos que por diversas circunstancias, hemos tenido la mala suerte de vivir fuera, que nos tragamos horas y horas en metro (para a veces no estar más de una hora fuera), que vagamos por las calles sin un lugar seguro al que acudir, que no tenemos techo dónde dormir por las noches… exigimos:
-Cafeterías 24h, con buffet libre de cereales.
-Locales de ensayo para bandas de música descarriadas, con sofás, que puedan ser utilizados como dormitorios en caso de necesidad.
-Que los locales no cierren antes de las 8:00, hora razonable para volver a casa sin despertar muchas sospechas.
-Ropero urbano, dónde dejar las mochilotas y no tener que cargarlas por todos los locales de valencia.
-Baños públicos, …equipados con duchas y espejos!
-Máquinas de venta de cepillos de dientes en cada esquina (elemento de supervivencia básico)
-Hoteles económicos (y en el centro, claro) para poder descansar las noches de fiesta, sin tener que mendigar casa a todo amigo, conocido o en su defecto, cualquiera con pinta de “buena persona”.
Que se oigan nuestros derechos como exiliados que somos!
(Noviembre 2007)
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*pequeño recuerdo de aquellos tiempos pre-pisiles!!
martes, 7 de diciembre de 2010
Fiambre a 2,65 €
El hombre de pelo engominado y gabardina negra gruñó a su compañero:
-"Vayamos primero por el fiambre..."
No pude evitar ponerme a temblar... aunque estuviésemos en el Mercadona...
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sábado, 4 de diciembre de 2010
Machismo, feminismo, hembrismo y masculinismo
Intentaré no perder de vista que puede
hablarse de : MACHISMO o FEMINISMO, pero
también de HEMBRISMO y MASCULINISMO!
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viernes, 3 de diciembre de 2010
Me-di-te-rrá-ne-o
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Candide.
Una estrambótica combinación de cánidos, constelaciones y onomatopeyas. Así de extraños eran los títulos de nuestros juegos, porque nosotras, A y P, siempre fuimos aún sin saberlo, una inocente y variopinta mezcla entre surrealistas y científicas.
Nosotras no jugábamos, contrastábamos empíricamente las leyes de la física.
Tal vez desde fuera pudiera parecer que girábamos sobre nuestras rodillas hasta caer en el suelo de puro mareo, …nada de eso! En realidad no eran sino análisis sobre los límites resistencia física que ni la mismísima NASA. Y los mareos, experiencias extrasensoriales de la psique humana.
Otro de nuestros divertimentos, bajo la apariencia de dibujos y garabatos inofensivos, escondía una reinterpretación de la técnica del cadáver exquisito , propia de los insignes surrealistas.
En verano, trasladábamos el laboratorio experimental a la piscina. Entre todas las distracciones, que encadenábamos una tras otra hasta dejar nuestros dedos tan arrugadillos que hubieran desafiado a los garbanzos más genuinos, había una que aún hoy me llama la atención:
El desencadenante, cierto día en que olvidamos nuestras gafas (de agua, que por aquel entonces las dioptrías aún no habían asediado nuestras retinas). Decidimos entonces que nuestras manos hicieran las veces de ellas: creábamos cámaras de aire, soplando bien fuerte el aire inhalado a bocanadas, apresando las burbujillas entre las manos –en forma de visera- y los ojos.
Además del surrealismo científico, interpretábamos toda una serie de rituales, invisibles para los forasteros:
La cuchara de P. debía ser siempre la blanca, mientras que yo sólo comería sirviéndome de la roja. En caso de que un incauto tercer sujeto las colocase en posición equivocada, realizábamos un fulminante intercambio imperceptible.
Quizás una de nuestras prácticas más sorprendentes fuera nuestra predilección por las canciones de la más diversa índole (y por qué no decirlo, de dudoso gusto musical).
Nos escuchaba a. entre divertida y extrañada – y un tanto preocupada- entonar indistintamente María de la O, No llores por mí Argentina o Candy Candy… de las que nunca llegamos a conocer mas allá del estribillo, que repetíamos a modo de letanía.
Eso sí, de Candy Candy, llegamos a hacer sublimes improvisaciones al puro estilo rapero:
“Candy- Candy-ten-cuidado-no-vaya-a-ser-que-caigas-del-columpio-y-aplastes-al-cochino-mono-que-tienes-de-mascota”.
Por último, una confesión, A y P veíamos los Teletubbies… pero siempre alegaremos motivaciones sociológicas!
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