domingo, 8 de febrero de 2009

Conocimiento en monodosis 2


No nos engañemos, por mucho buscar, no encontraremos por ninguna parte la palabra "aprender", ni siquiera ninguna de sus manifestaciones, durante estos dias de vorágine estudiantil. Yo creo que nuestro cuerpo reacciona - fruto del estrés, o de la desesperación - e invierte sus órganos. El cerebro pasa a ser un estómago, listo para recibir ingestas de ¿conocimientos?. Lo mismo dan fórmulas vectoriales que instituciones políticas o procesos de fotosíntesis, triturados o a penas tragados; la cuestión es embutir, y comprobar los límites del cerebro-estómago. Y aguantar el empacho hasta el dia siguiente. El orificio evacuante, en este caso, es conocido como bolígrafo - generalmente bic- que permite la traducción en palabras más o menos coherentes.
Tiempo después- variable que abarca desde dos o tres días hasta pocos minutos- comprobamos impotentes que a penas unas cuantas proteínas se han integrado en nuestro organismo. Nos indignamos, sin embargo nos tendríamos que preguntar cómo ha ocurrido cosa semejante, cuando, seamos realistas, sabemos que la digestión no tuvo lugar.
El estudio es algo así como las inyecciones, de efecto temporal y limitado. Más valdría que así fuera, al menos el dolor del pinchazo sólo dura unos segundos.

1 comentario:

Lola Gea dijo...

Amén! No puedes tener más razón! (Encantada ^^, me gusta mucho tu blog)